Las Camisas

Denusoide
3 min readMar 27, 2021

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Quizás no debería haber dejado las camisas sin
planchar.

— Puede ser, a mí no me molestan.
— Gracias.
— Podés quedarte mirando por la ventana un
rato más, tampoco me molesta.
— Gracias…. la verdad es que estoy bastante
cómodo acá.
— Lo noto. Desde las tres que estás dando
vueltas en la cama… me vendría bien descansar un
poco.

— ¡Me tienen cansado tus quejas! Sonás igual
que ella…
— ¡Ay Gonzalito! ¿Qué nos pasa hoy?, contame.
— Lo de siempre.
— Lo de siempre ya no me sirve como respuesta.
¿Qué te pasa? ¿Nos duele algo?
— El olfato, la nariz, y cada segundo de su
perfume que me pierdo.
— ¡No te puede doler el olfato Gonzalo!
— Sí que puede. Cuando me invade el pretérito
de su fragancia, el olfato me duele. Cuando me doy
cuenta de que se acerca el momento en que ya no lo voy
a sentir nunca más, el olfato me duele. Me duele y vos
no podés decirme lo que me duele y lo que me deja de
doler.

— Bueno, ¡tampoco para que nos pongamos así!
Mejor seguí mirando por la ventana.
— A ver si dejás de darme órdenes como si fuera
un nene.
— Sos un nene. En cuerpo de grande, pero sos un
ne…
— ¡Tengo 37 años! y de nene ya no tengo nada…
no podés decirme e…
— ¡Si yo no puedo decir lo que te duele y lo que
te deja de doler, vos no podes decirme lo que puedo
decir o dejar de decir! Y yo, ahora, quiero decir que vos
sos un nene de 37 años.
— Cuando te ponés así, te volvés imposible.
— Cuando te ponés así, te volvés real.

— Cuando te ponés así me dan ganas de ponerme
a planchar las camisas que dejó en la silla.
— Cuando te pones así, yo confirmo que nos
tenemos que ir de acá rapidito, dejando las camisas sin
planchar.
— ¿Qué manía tenés con el desorden?
— ¡Ninguna Gonzalo!, dejar las camisas sin
planchar, en este caso no es una cuestión de orden…
— A ver, contame entonces, ¿por qué nos
tendríamos que ir dejando las camisas sin planchar?
— Porque de lo contrario, le estarías dando el
gusto, haciendo lo que ella quiere. Como siempre.
— …
— Mirá, cuando se fue estaba cansada de ocupar
el espacio de la cama que carga con el pozo de tus

destrozos. Dejó las camisas sin planchar para
castigarte. Estaba cansada de despertarse a las tres de
la mañana todos los días, y verte sentado y cómodo, en
esa silla mirando por la ventana, después de no dejarla
dormir por pasarte la noche entera pataleando como
un nene. Porque tenés 37, pero ¡sos un nene! Te dejó
las camisas para que no interrumpas tu rutinita. Pero
se aseguró de que lo hagas extrañando el “pretérito de
su perfume”. Estaba cansada, Gonzalo, cansada de
pedirte que planches las camisas de la silla, así que les
echó un poco de su fragancia y te las dejó así,
arrugadas, para que te hagas cargo.
— Y para vos la solución es irnos, y dejar las
camisas sin planchar…

— Para mí la solución es dejar las camisas sin
planchar. Lo de irnos es cosa tuya. Yo podría quedarme
y esperar. Yo podría quedarme… pero vos querés irte.
Y siempre hacemos lo que vos querés.
— Yo no quiero, necesito irme.
— Entonces no hay mucho más que charlar. Son
las cinco; ya debe estar por volver, así que hay que
apurarnos…
— ¡Al fin algo en lo que estamos de acuerdo!
Pero pará, antes, pasame esa, la rosa, y ponela acá, en
el medio de los dos, necesito oler su perfume por última
vez…
— Pero…
— Q u e m e p a s e s l a c a m i s a …

Gonzalo colgó la camisa rosa de Martina en el
ventanal para poder dejar de ver así su reflejo en él.
Esto tenía que hacerlo SOLO. Estampó su nariz contra
ella, como si le diera un martillazo, y se entregó al
pretérito de su fragancia, con una inhalación tan
profunda, que lo dejó sin aire.

¡Crash!*

Martina volvió a casa al horario acordado. Al
entrar, los cristales en el piso de la habitación le
avisaban que, quizás, aunque fue puntual, era tarde y
Gonzalo la había dejado para siempre.
Su cuerpo sin vida, en la silla frente al ventanal,
lo confirmaba.

— Quizás no debería haber dejado las camisas sin
planchar.-

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Denusoide

Nacida bajo el signo de escorpio, diría que eso dice más bien nada, pero dice un montón. Escritora en proceso, bailarina de alma y un poco abogada.